Cuando cierro los ojos...

Y me besó despertando mil emociones en la piel y en el alma, mis labios habían sido subyugados por su encanto q fue como una oleada del mar cuándo éste se violenta y chispotea furioso las olas contra las rocas.
Me consumía d deseo entre sus brazos,  me sentía extasiada y dispuesta a todo!  No había espacio entre nuestros cuerpos q no pudiera sentir la vorágine exquisita q envolvía d placer mi mente.
Ya se q estoy loca, lo he sabido siempre pero no puedo evitarlo; cuando la sangre hierve trastoca cada centimetro d mi, la libido se despierta como un animal salvaje hambriento, sediento d deseo, d lujuria, d placer, d ternura ansiosa d poseer; d vibrar.
El corazón puede palpitar d muchas maneras y por muchas razones, cuando el alma se acelera la sangre fluye estrepitosamente recorriendo mi cuerpo d arriba hacia abajo llenándose mi mente d calor e imágenes q sacuden mi conciencia;  robando mi inocencia al amor tierno, dulce y pasivo.
Puede más la sangre q hierve  obstinada dentro d mi q la prudencia misma, me nubla la razón la excitación, d poseer su cuerpo con caricias frenéticas, atrevidas y carentes d ternura,  él no ama como tú, él sólo es amor y ternura, tú; la locura sexual q me hace perder la razon.

Una Sola Noche

Lista estoy, estoy lista para fingir d nuevo amor, mi cuerpo lo desea pero mi corazón no.
No es igual a aquel hombre q conocí, llovía cuando tropezamos sin querer y su sonrisa enmudeció mi corazón.
Quizá el amor solo fue hecho para él y para mi por instantes donde solo nuestros cuerpos sin alma sabían entenderse entre sí.
Podía negarme mil veces a sucumbir y mil veces volvía a sumergirme en aquella pasión descarada; parecía una droga imposible d dejar, imposible d negar.
Sus besos y sus caricias en mi piel sabían a amor y mentira, eran como pequeñas puñaladas q se clavaban en mi ser hiriendo no d muerte pero si d un placer infinito, colmado d veneno exquisito como la lujuria q emanaba d su locura.
No existía noche q no quisiera escapar a sus brazos, solo para beber placer d sus labios, aunq mi razón supiera q era malo, q sólo era un momento, un instante repetido.
Aún quisiera drogarme una vez más y otra más hasta quedar saciada, pérdida en su virilidad pero nunca enamorada, mi corazón no aprendió a amarle, solo mi cuerpo le extraña, solo el deseo d buscar su aroma tan masculino, tan varonil exalta todos mis sentidos, provocando amnesia en mis sentimientos atrapados en mi verdad oculta.